Dificultades de aprendizaje – Conceptualización y consideraciones previas para su abordaje

Los problemas para aprender pueden presentarse en diferente grado (comparando la edad cronológica del niño y su rendimiento real).

Decimos que un niño tiene una dificultad primaria o específica del aprendizaje cuando se le ha realizado un test de coeficiente intelectual (CI) y da normal o incluso por encima de la normal, no presenta alteraciones sensoriales (por ejemplo baja visión o baja audición, etc.) o dificultades motoras, ni tampoco dificultades emocionales que estuvieran obstaculizando su aprendizaje y que concurre normalmente la escuela pero, a pesar de todo esto, no logra aprender.

Sin encontrar una causa aparente estos niños presentan dificultades para adquirir y automatizar los conocimientos (puede ser en un área en particular o en varias). Son casos en los que no se puede explicar el por qué en forma sencilla. Lo que sí puede decirse es que la inteligencia es normal pero los instrumentos de las inteligencia se encuentran afectados.

Suele ocurrir que cuando estamos frente a dificultades de aprendizaje notemos que solo una o dos áreas de desempeño están descendidas, mientras que en las demás la persona logra desenvolverse de acuerdo a la media, o incluso por encima de la media.

Ahora, pensando desde el rol docente ¿cómo planificar la intervención con alumnos que presentan problemas para aprender? Dependiendo del área de conocimiento afectada y del perfil del niño, los abordajes serán muy diversos. No obstante ello, hay un factor que debemos tener en cuenta siempre y que es el punto de partida de cualquier intervención: las fortalezas del alumno.

Es fácil identificar los problemas, aquello en lo que no está rindiendo bien, lo que le cuesta, lo que no le sale, y es lo que solemos ver enfatizado incluso en los informes de los especialistas que realizan los diagnósticos.

Sin embargo, no perdamos de vista que todas las personas tienen una o varias fortalezas, aspectos en los que son buenos y hábiles. Potenciar dichas fortalezas dará confianza al alumno en sus propios recursos y lo predispondrá de forma positiva hacia el aprendizaje y, mientras tanto, continuaremos trabajando para reducir a su mínima expresión las dificultades presentes.

De modo que un primer paso para planificar la intervención es preguntarnos:

  • ¿ En qué área tiene mejor rendimiento mi alumno?
  • ¿Qué cosas le interesan y le gustan?
  • ¿En qué se siente hábil?
  • ¿Cómo puedo integrar estas habilidades e intereses al abordaje de las dificultades?
  • ¿Cómo puedo integrar la tecnología según mis fines?

 

La importancia de la Educación Emocional en la escuela

En el siglo XXI los cambios han sido vertiginosos y profundos en muchos sentidos. Las instituciones han asumido la necesidad de educarnos en los nuevos conocimientos técnicos y teóricos oportunos para desarrollarnos en la sociedad de la información y el conocimiento en la que nos hallamos inmersos.  Hoy en día la información está por todas partes, es accesible, variada, pero no siempre confiable y de ahí nació también la necesidad de educar a niños y jóvenes para que no crean ciegamente todo lo que está en las redes y en la web en general, y que sean críticos de su contenido (camino en el que aún tenemos mucho por recorrer).  La globalización fomenta la competencia y el individualismo porque los medios de comunicación diariamente nos bombardean con mensajes que promocionan el ser exitoso y ser el mejor.

Asumiendo a la educación como una herramienta de cambio, orientamos la  formación en los aspectos emocionales a partir de proporcionar al alumnado experiencias diversas y significativas que le ayuden a desarrollar los mismos.

Educar las emociones es brindar espacios para que los niños entren en contacto con lo que sienten, que lo comprendan. Implica aprender a leer lo que mi cuerpo me está diciendo (por ejemplo saber que si me sudan las manos, tengo un nudo en la garganta o me duele la panza, puede que esté sintiendo miedo) y darle palabras a esas emociones. Es decir que se trata de conocer las emociones propias y poder nombrarlas, pero también las de los demás desarrollando la empatía.

Las preguntas que nos hacemos cuando decidimos abordar una tarea de esta índole son siempre: ¿Cómo hacerlo? ¿Con qué materiales? ¿Qué actores? ¿En qué ambientes de aprendizaje? ¿Cómo aprovechar las tic?

En las próximas entradas de este blog, exploraremos dichos aspectos.